Los séniores de la UNED-A Coruña

jueves, 23 de noviembre de 2017

Museo Histórico de Valga



Los martes los alumnos sénior de la UNED A Coruña disfrutan de una clase de Historia de Galicia en vivo. De la mano del arqueólogo y profesor del programa Felipe Senén López Gómez, esta semana se desplazaron al Museo Histórico de Valga.




"Nos dirigimos al municipio de Valga que tiene una superficie de 40,6 Km. cuadrados y una población de 6.100 habitantes, distribuidos en 5 parroquias Sta. Cristina de Campaña, Sta. Comba de Cordeiro; San Salvador de Setecoros, San Miguel de Valga y Sta. María de xanza. Se encuentra en el margen izquierdo del estuario del Ulla, al que vierten sus aguas los ríos Valga y Louro, que atraviesan el territorio.
 

Después de pasar el edificio consistorial nos encontramos con el moderno edificio del museo histórico de Valga, que se encuentra engalanado por un poster de la "Bella Otero". Al ser 55 estudiantes nos dividimos en dos grupos; mientras unos recorrían el museo el otro se dirigía al Parque hermanos Dios Mosquera, pasando por una antigua edificación con escalera que llevaba a la primera planta en donde se encontraba la vivienda, mientras que en el bajo se encontraba el establo para los animales. Vimos a unos ocho obreros trabajando para restaurar una hermosa edificación de piedra donde se establecerá un lugar para enaltecer el aguardiente de Valga,  que ya tiene fama y que lleva a sus propios habitantes a decir "Aquí hay mal vino, pero excelente aguardiente".
El parque dispone de amplios jardines, un parque infantil, paseos y puentes, como una playa fluvial; encontramos un monumento de Agustina Carolina Otero Iglesias la "Bella Otero" que fue uno de los símbolos de la Belle Époque Parisienne, -en la parte de atrás de su falda tiene un lagarto que la identifica con la conocida canción "A Carolina"- pudimos ver una columna y un alambique de piedra que recuerdan la celebración de la Fiesta del aguardiente del país y la Fiesta de la anguila, prevista para el último fin de semana de agosto.
Ya en la planta baja del museo, se encuentran unas artes de pesca para la lamprea, que es un pez que habita los ríos gallegos hace más de 500 millones de años. Luego mediante carteles de grandes dimensiones se pueden ver los caminos Portugués, conexión con la Ría de Arosa, Real y vías romanas.


Una foto inmensa de la Fervenza de Parafita, como de los distintos ríos, molinos y lavaderos.
En la primera planta hay un pozo original de la casa y mediante paneles de petroglifos como el de la serpiente, que se cree representaba distintas curvaturas del río en ese lugar y así como de temática de ganadería, madera, caolín y aluminio. 
Hay expositores con monedas, collar res de vidrio y restos cerámicos.
Distintas iglesias y capillas del lugar, de la edad media y moderna y destaca un capitel de mármol de inicio del S.VI muy hermosamente trabajado -se encontraron solo 7 de esa calidad- y por último hay una gran foto de la celebración de la batalla de 1809 contra los franceses.
En la segunda planta podemos observar libros dedicados a Jesús Ferro Couselo, ilustre arqueólogo e investigador de Valga y profesor de nuestro profesor, el cual colaboró en un libro sobre su vida. Hay un vestido rojo que perteneció a la artista, su acta de bautismo y muchísimas fotos, postales como diversos artículos realizados en su honor.
Agustina Carolina Otero Iglesias nació en Valga el 20/9/1880 y murió en Niza el 11/4/65, tiene una historia truculenta, recogiendo piñas para vender, fue violada a los 12 años. Fue cantante, bailarina, actriz, fue muy rica y murió en la pobreza pues le fascinaba el juego y ahí se perdió. Un detalle es que nunca dijo que era gallega, pero su testamento -que fue insignificante- lo dejo para los niños pobres de Valga. En su tumba en Niza siempre hay una flor. 
En un costado del museo se encuentra una hermoso auditorio, con 50 butacas e instalaciones audiovisuales.


En la fachada posterior y adosado al edificio se encuentra una replica de la casa natal de Carolina.
 
Recorrimos con el autobús zona del río, donde se encuentra abandonado el edificio de Cerámicas Celta, el centro de Pontecesures y paramos en Padrón, que como siempre tenía un gran movimiento de gente.
Otra vez más hemos acrecentado conocimientos in situ, gracias a los que lo hacen posible". 





Crónica de Alberto Balbona, alumno del programa Sénior 







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