Viajar en tren
"Me marché de mi aldea de Piñeiro el veintiséis de enero de mil novecientos sesenta y siete. Me subí a un tren en Lugo a la una y veinte con destino Irún. Era un tren de vapor con asientos de madera que hacía mucho ruído y marchaba muy lento. Mi mujer estuvo incómoda durante el viaje.
Llegamos a Irún y nos metimos en el tren francés destino a Ginebra. Era otro tren, otro mundo. Vimos mucho terreno donde el protagonista era el color amarillo. Pensaba yo que plantaban nabos, y una pasajera que estaba sentada a mi lado me dijo "no son nabos, son girasoles".
Al llegar a Ginebra, montamos en el tren que iba a Basilea. Era mucho mejor que el de Francia. Cuando llegamos a nuestro destino, Basilea, me extrañó enormemente no ver maleteros y limpiabotas."
Alumno sénior Manuel Carballo Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario